domingo, 16 de noviembre de 2008

En mi opinión, ¿qué debe ser y hacer un rector de una Universidad Pública?

En mi opinión, ¿qué debe ser y qué debe hacer un rector de una Universidad Pública, con enormes desafíos y total responsabilidad con la comunidad que es su dueña y patrocinadora, a la cual se debe?
¿Acaso un administrador de los recursos físicos y económicos? ¿El regente de un economato? ¿Un buscador y conseguidor de patrocinios?
¿Un caritativo y bondadoso ser con abundantes amistades oligarcas que confunde Educación para seres libres con enseñanza universitaria para siervos asalariados sumisos, de buen mando y entrenados para que les hagan a aquellos los trabajos especiales que necesiten, siempre dependientes del paternalismo y aspirando a que sus benefactores los asciendan en la escala de los minusválidos?
¿Un ser que, mientras se ufana de lo anterior y de las técnicas e investigaciones para lograrlo, no se da cuenta, o no le importa, que toda la sociedad se vaya degenerando en esa inercia, empeorando las desigualdades y afectando cada día más gravemente la supervivencia de la Vida e imposibilitando el alcance del Humanismo?

¿Una persona indiferente que en pleno siglo XXI no se conmueva con la barbarie que continúa y que, al mismo tiempo que destruye, nos distrae erigiendo catedrales, edificios y monumentos, levantando estatuas y pintando retratos de hombrecitos criminales, mostrando como maravillosos logros a los primeros y como santos y patriarcas benefactores a los otros?

O, por el contrario, ¿debe ser un nuevo y decidido despertador y antioxidante de cada día, un faro que guía, un Norte que dirige, un motor que impulsa, un deseo que incita, invita y motiva, un reto, meta u objetivo que desafía, una duda y un espíritu crítico constructivo que sin descanso cuestiona y estimula a un paso más en cada detalle, un explorador que busca minuciosamente y sin reposo… siempre Libre, Racional, Solidario, con mayor razón cuasi Autosuficiente, cada vez mejor, más alto, más lejos, más cerca del Hombre sabio y lúdico?

¿El inspirador, constructor, perfeccionador, fortalecedor y guardián de la mejor escala de valores humanos y de su prioridad? ¿Piloto firme de ese barco social que ancla en cada ser que nace? ¿Un generador de lo armonioso y cierto, pequeño y suficiente, que sirva, respete y dignifique al hombre Libre, que sabe que lo plausible es lo que fortalece uniones y rechaza e impide dependencias y ego e idolatrías?

¿Aquel que recuerda hacer la pregunta inmediatamente después de cada logro y, sobre todo, en el camino que hemos emprendido para mejorar y completar esta Educación del hombre Libre y construir el nuevo pacto social para seguir la vida con sostenibilidad y en evolución tras el Bien Común, ideales que son la razón de ser de la Universidad Pública?

Como la verdadera Educación se ejemplifica e influye en toda la comunidad, su Universidad Pública, la que Educa directa o indirectamente a su pueblo, debe ser el reflejo y reflector de los mejores valores, pensamientos, comportamientos y procedimientos que acompañan a los hombres Libres hacia la excelencia. Sin excusas. Sin excepciones. Con absoluta responsabilidad y oportunidad para reconocer, asumir y corregir los errores, las equivocaciones, las fallas que puedan presentarse.

Por esto, para comprometerse con un programa así, no basta con querer ser rector de la Universidad de Antioquia Pública ni con que los detentadores del poder me nombren (comprendo y acepto que eso es un imposible). Además, sería imprescindible que más del 75% de la comunidad universitaria comprendiera, acogiera y se comprometiera con estas ideas, para hacerlas realidad, en votación nominal.

Cada persona y cosa tiene el destino que se merece, que le imponen y que no puede o no quiere cambiar. Todos piensan que así son y serán para sécula seculórum y, además, que lo saben todo. Yo, al menos, hoy, no estoy de acuerdo ni contento con lo actual. Creo que muchos de ustedes, tampoco. ¿Y qué puedo y debo hacer? Les propongo cambiar y cambiarlo. Los invito y desafío a cambiarlo. Con firmeza y convicción. Sin claudicaciones. Los fracasos, las faltas y los errores también pueden ser pasos adelante y enseñan más. Vamos tras el Hombre Libre, sabio y lúdico, motivados cada día, con realismo optimista, a mejorar este fenómeno sucediéndose hacia el excelsior. No hay mejor camino ni meta para el disfrute y la conservación posible de la Vida.

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