martes, 2 de diciembre de 2014

No verlas, no quiere decir que no existan

No verlas, no quiere decir que no existan 
ni que no te vayan a tocar en carne propia: 
la masacre, la tortura, la violación, 
la huida perdiéndolo todo, 
la carnicería, la humillación, la maldita impotencia, 
el dolor inaguantable... 
y que, en ese preciso momento, otros, 
como tú, ahora, 
estarán indiferentes, 
como si nada terrible estuviera pasando, 
bailando, o de turismo en las Catatumbas, 
o en las ruinas del Circo Romano 
o en otros sitios históricos... 
que recuerdan la inverosímil tragedia humana, 
no correspondiente a su pregonada inteligencia 
ni a sus ausentes potencial y solidaria hermandad.

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