Elecciones presidenciales en Colombia: una trampa mortal sin opciones reales y sin salida

Elecciones presidenciales en Colombia:                                                                          una trampa mortal sin opciones reales y sin salida

¿Por qué? Porque ningún candidato habla ni propone nada sobre los inmensos negociados que existen en las lesivas "educaciones privadas" y en el Ministerio de transporte con el innecesario y obligatorio cambio "gratis" a $200.000 del pase para conducir y con sus tramposas "secretarías de transporte de cada municipio", verdaderos nidos de ratas del hampa goda que las maneja como dueños, agazapados e incógnitos en los abusivos "center car" que les brinda impunidad para atracar al pobre pueblo colombiano con unas fotomultas injustas, dirigidas y aplicadas al azar, pero a los que no están protegidos por esas "roscas", puesto que, con ese incongruente y malicioso señalamiento de las velocidades de las vías, en el que en unos pocos metros se cambia de velocidades permitidas constantemente, todos somos infractores, y a todos, sin excepción, nos hacen infractores (solo que a unos nos cobran y a otros no), pues nadie sabe a qué velocidad debe conducir en cualquier tramo. Además, uno se pregunta, ¿para qué permiten carros que desarrollen velocidades de 100 y más kilómetros si en ninguna parte es lícito conducir a esas velocidades?

Y ningún candidato oficialista a la presidencia se manifiesta sobre estos dos asuntos ni sobre la necesidad de una verdadera EDUCACIÓN PÚBLICA SUPERIOR GRATUITA Y OBLIGATORIA PARA QUE TODOS NUESTROS NIÑOS PUEDAN SER, HUMANOS, HERMANADOS, SANOS, HONRADOS, LIBRES, RACIONALES, SOLIDARIOS Y CAPACES CUASI AUTOSUFICIENTES, acabando así con esos explotadores-engañadores-degeneradores, de las malditas "educaciones privadas".                                                Ninguno, tampoco, propone un transporte con motores de menos velocidad o el más ecológico de carretas impulsadas con bueyes o con otros animales de tiro, o en bicicleta o en patineta. Tampoco habla ninguno de la participación de empresas de telecomunicaciones (en vía de tramposas privatizaciones), en esos negociados contra el pueblo, alejándose de su objeto social y quebrantándolo.
Los míseros candidatos tampoco hablan ni proponen de la soberanía sobre nuestro territorio, sobre nuestra salud pública (también privatizada), sobre nuestra ecología y su conservación, ecología gravemente amenazada por la infernal minería.
Ninguno habla ni propone nada sobre el aborto ni sobre el control de la natalidad para evitar el hacinamiento mortal, suicida, y para decidir, entre todos, la cantidad de gente que cabe en esta casa, sin destruirla, conservándola y mejorándola para que sea la casa amable y agradable de las futuras generaciones, bien educadas por fin.
Ninguno de los aspirantes oficialistas hará ni dirá nada al respecto, pues perdería el dinero de sus patrocinadores cómplices.                                                                                                                                                                  La Patria, nuestra vapuleada Colombia, está a la puerta y en el grave peligro de un golpe de estado impuesto por el ejército de las “seguridades privadas” (inseguridades privadas) puesto que, sutil y hábilmente, lo han crecido, a ese ejército de votos y armas, hasta el punto de que disponen de más efectivos uniformados y de civil que policía y ejército juntos y, además, tienen infiltrados fuerte y estratégicamente a los uniformados oficiales, y al poder ejecutivo, y al legislativo, al judicial, a fiscalía, Das, aduanas…
Si no detienen a ese Hurive y a sus ansias de poder, y si no desmontan ese hipócrita ejército privado -enrolando a todos sus efectivos a policía y a ejército, como están haciendo en México, por ejemplo- dentro de muy poco lo lamentaremos, y lloraremos como esclavos lo que no fuimos capaces de detectar ni de defender como patriotas, como dueños soberanos de nuestra patria.
Parece que todos estamos ciegos, parece que a todos se les olvidó la Historia, parece que estamos condenados a repetirla irremediablemente.

¿Será posible que el dúo femenino, Clara y Aida, serias y patriotas, no criollas oficialistas, tengan la visión, la honradez y el valor de enfrentarse y resolver positivamente estos penosos y destructores asuntos?