La Andi y similares (OMC, OMS) y lo que falta en el mundo
Soberanía sin permiso y
sin peticiones: Soberanía autónoma: Soberanía Libre, Racional y Solidaria: Soberanía
Ética: Soberanía solo por el Bien Común: Soberanía es mayoría por consenso:
Soberanía es Pública, jamás privada ni secreta: Soberanía sin concesiones ni
privilegios: cada concesión y privilegio entregados es un despojo criminal a
los demás, es un crimen de lesa humanidad contra la Soberanía, crimen que
animará a más y más crímenes hasta que nos dejen a todos como el último cero a
la izquierda: Soberanía cero, nada: despojados, arruinados, envilecidos.
El
Estado somos todos los del pueblo soberano: la
Humanidad es UNA, una ESPECIE ¿capaz o incapaz? de ser ¿racional o irracional?
para ser ¿Libre o esclava del libertinaje? al ser ¿solidaria o egoísta
ventajosa y abusiva del poder espurio privilegiado logrado por concesiones
amañadas y tramposas o por conocimiento robado y monopolizado?
¿Ser o NO-ser o
No dejar ser o impedir ser?
¿Cómo
va a ser posible que nos embriaguemos en la irracionalidad y esclavitud del
hacinamiento creyéndolo como crecimiento y progreso? ¡Ser
más y sin medida no es ser mejores!
¿Es que no vemos cómo al aumentar
nuestro número disminuyen, desaparecen y se destruyen los recursos no
renovables?
“Machaquito”,
el de la Andi, podría escribir el libro “Cómo recibir una república y entregar
una colonia? o ¿Cómo destruir y arruinar un país?
Entre
Afidro y la Andi podrían escribir el manual “De república a colonia de nuevo en
tan solo 18 años” o “Cómo se destruye, se atrasa y se impide la industria
nacional”. También podrían escribir “El paso de la industria naciente y
luchadora a las fáciles y rentables lavanderías de las Zonas Francas y el
pasmoso crecimiento bancario” o “Cómo arrasar un país y corromper a su gente
con las modernas industrias publicitarias, editoriales, desinformativas y
formativas de los Casinos, las Apuestas, las Zonas Francas, Lavanderías,
Blanqueadoras y las Locomotoras-aplanadoras mineras”
Con
razón lo exigió, de embajador en Washington, Estados Unidos. Se encargará del
entierro de Colombia ese eminente “patriota” estadounidense.
Y, con mucha
razón, USA lo reemplaza en la Andi con un “sangre criolla” por todos sus
ascendientes, con el indígena míster Bruce Mac Máster, al que le “interesa” el
país y que transpira sangre criolla, mestiza, negra e indígena por todos sus
poros. Para ello, en una decisión “no politizada”, impuso la “mayoría” soberana
de once “pesos pesados” de la corrupción “industrial no industrial” contra
veinte pelagatos de capa caída de la “industria-industria” que no va más: los
traidores compatriotas hipócritas vendepatria de Contegral, Fabio Andrés
Saldarriaga; de Pacific Rubiales, Federico Restrepo; de Zona Franca de Bogotá,
Juan Pablo Rivera; de Comertex, Adolfo Botero; de Bancolombia, Raúl Yepes; de
Molinos Roa de Ibagué, Carlos Charry; de Barranquillita, Rodolfo Plata; del
alicaído sector siderúrgico, Rafael Castillo; de Carvajal, Darío Morales; de
Mineros, Beatriz Uribe y del cafetero invitado, Guillermo Trujillo (que
seguramente votó por los veinte no invitados). No pudo asistir por fuerza mayor
el de los casinos industriales y al por mayor, señor Ramos Botero. Como pueden
apreciar, la flor y nata de la pujante y patriótica Industria Nacional de
mentiras y espejismos.
Ningún
zumo de patriotismo amarillo, azul y rojo podrá salir de los once abusivos
bucaneros asaltantes de la buena fe de los otros veinte que se toman el poder
de decidir por todos los demás y nombrar o imponer al colombianísimo Mac Máster
como sucesor de “Machaquito”, como otro espurio director de la agonizante Andi,
quitándole el puesto al Plata ese que no le cumplió a Hurive al no entregar el
país amurallado con más y más Zonas Francas, atendiendo al auge en la
producción de alucinógenos y, por ende, de dólares y euros.
Si
yo fuera o aspirara a “industrial” honrado, ingenua aspiración en este país, me
retiraría y me pondría a salvo de la Andi, y haría todo lo posible por
reestablecerle al ministerio y a las secretarías de gobierno las funciones y
las entradas que se les concedieron a las malditas, dañinas y perversas
“cámaras de comercio” privadas… y me avergonzaría de pertenecer y de sentarme a
la mesa con los “industriales del tahureo, de la trata de blancas y de negras,
de niños, de órganos, de la falsificación y del contrabando y de los usureros
financistas que compran para ellos con el dinero de los demás, esquilmándonos a
todos la Soberanía de vivir, por todos estos medios”
¿Quién
nos podrá salvar de esta inmensa, salvaje y perversa conspiración criminal
contra la soberanía y contra todos los valores humanos, orquestada desde
Washington?
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