La Ley: para unos sí, para otros no

Grave denuncia y exigencia de cumplimiento de deberes y derechos en un país descuadernado, en el presente “derecho de petición”.

¿Quién lo responde y destierra los abusos?

¿Presidente, Fiscalía, Procuraduría, Defensoría, Derechos Humanos, Cortes, Policía, Ejército, 
Corte Penal Internacional, Congreso…, los implicados?

¡NADIE!

¡He ahí la causa de todas las violencias y delitos, de la ira de las víctimas!

En Medellín (Antioquia, Colombia): alcaldes, secretarios de gobierno y de tránsito, inspectores de La América y demás  inspectores, gerentes de EPM y de UNE, concejales, diputados, congresistas, “curadores”… la aplican o la omiten o la cambian o la interpretan a su parecer y capricho.

¿Por qué?

¿Acaso será porque son libres, justos y honrados cumplidores de su deber?

¿Acaso será porque no hay quién cumpla y haga cumplir la Constitución y la Ley?

¿Acaso será porque su “constitución y su ley” se las impone SEGURCOL y demás convivires, combos, multinacionales, zonas francas, franca y abiertamente delincuenciales y esclavistas, empresas y guerrillas… con chantajes, coimas y/o amenazas y/o 

con permisos falsificados o fraudulentos?

¿Acaso será porque ningún prójimo decente, honrado, libre y humanista escribe y emite las Normas?

¿Acaso será porque ningún prójimo honrado y sin intereses se mete a la politiquería para llegar al poder o porque el prójimo honrado que lo intente, lo corrompen, lo “matonean” o lo matan?

¿Acaso será porque los respalda el banco que impunemente se robó el nombre de la República para lavar cómplice e hipócritamente todos los dineros posibles ensuciando y desprestigiando el nombre de Colombia y estigmatizando el de los “colombianos”, haciéndonos parias y reyes de maltratos y burlas en cualquier infeliz rincón terráqueo; además de atracarnos día a día hasta por devolvernos la parte que ellos digan de la platica que les entregamos para que con ella, con la que se quedan y guardan de nosotros (más del 92%), compren para ellos más y más patrimonio (que no reparten en la justa proporción 92/8), en un descomunal abuso de confianza, o los otros banqueros que hacen lo mismo y que también los respaldan en esa terrible asociación para delinquir, usufructuando del poder que da el dinero del despojo y del crimen? ¿o es que hay, aquí, un solo banquero o político honrado y solidario con el Bien Común?

¿Acaso será porque en las “instituciones deseducativas” y con los circos semanales y los ciclos y fiestas anuales del vicio y el autoelogio transmitimos más que genéticamente el contagio de la corrupción hipócrita a las nuevas generaciones condenadas inexorablemente a la misma amargura y a la cada vez peor degeneración?

¿Acaso será porque con la “máscara de las más educada y demás máscaras de exageraciones falsas” tapan la ¡realidad de ser la ciudad (patria) más amarga y desgraciada!?

La cultura de la viveza (la innovación del “antioqueño no se vara”) paisa se volvió genética gracias a esos enormes “patriarcas” que nos mandó midhioz desde España para que nos catequizaran, nos enseñaran a hablar y a tahurear (a jugar, digo), a escriturar (robar) en papel sellado y juramentado (falsificado) lo ajeno…, en fin, creen que los envió para que poblaran estos “baldíos” y para que nos gobernaran y dirigieran desde que nacemos hasta el cielo que por sobradas razones y actos merecemos. Regalo que no hay con qué agradecerlo. Patriarcas tan excelsos e inteligentes, honrados y justos, como todos esos Hurives y los Vélez, los Gómez Martínez, los Valencia Cosió, los Villegas Morenos, los Gavirias, Escobares, Hochoas y Ramos Boteros (los reyes de casinos y tahureos) y Restrepos y Belisarios y Ospinas…, todos ellos “sindicalizados”, por gusto, alrededor de la invasión capitalista acumuladora despojadora gracias a las armas y políticas usanas y a esa lumbrera de Villegas Moreno que nos vendió y bancalizó a todos los ahorradores como si fuéramos cerdos de su propiedad para dedicarse a hacer y vender “casas de papel periódico en el aire” con la complicidad de su presidencia vitalicia en esa asociación de bolsillo, vergüenza humana, dizque de ingenieros y arquitectos, especializados en hacerles búnkeres y palacios a los ocultos o públicos y más grandes mafiosos de este desgraciado terruño. Recuerdo, así por encima, que se les cayó el techo de la piscina olímpica, que las “autopistas” se convierten en piscinas cuando llueve, que muchos edificios “VIP” no se han caído de milagro, que la vía a Las Palmas es un desastre y ni qué hablar de la carreterita a Santa Elena. Eso sí, los irracionales peajes (que impiden la libre movilización), los exagerados prediales, las injustas fotomultas expoliadoras y los deplorables “cursos de amansamiento” de los “center car” de los godos, los parquímetros (en un bien público) y todas las demás concesiones, periódicos, emisoras, multas, tarifas, condiciones, boletas y vacunas oficiales que se han repartido entre ellos, sí funcionan a las mil maravillas.

La Justicia: para unos sí (dura y severa), para otros no (blanda o ausente)… y los uniformados y los jueces en Babia… severísimos con el que se tiene que robar un huevo para comer o cargar un arma para tratar de defenderse ya que nadie lo defiende y ya que los que tienen la misión de defender las leyes, las vidas, los bienes y las honras de los ciudadanos comunes no lo hacen y, por el contrario, los atacan o, haciéndose los ciegos y los sordos, los desamparan, y ayudan y/o permiten que los ataquen, injurien y atraquen... mientras actúan defendiendo y de guardaespaldas a los patrones, a los “caballeros”, a los duros, a los capos… “cultura” que se nos incrustó hasta los tuétanos. Estamos podridos y se las dan de café con leche. Lo más triste de todo es que muchos del pueblo jodido también eructan pavo a pesar de comer mierda y despojos.

¿ESPACIO PÚBLICO Y BIENES PÚBLICOS?

¿Derecho al Espacio Público y a los Bienes Públicos? 

¿No está delinquiendo, lesionándonos, educándonos criminalmente y ofendiéndonos a todos SEGURCOL al corromper a funcionarios del Tránsito y de Espacio Público para que nos despojen a todos y le escrituren como propiedad privada a esa empresa particular el ESPACIO PÚBLICO, LAS CALLES, de un barrio residencial estrato cinco, para usarlo como parqueadero privado durante todo el día (también lo hicieron por la noche durante doce años), atentando contra la tranquilidad, el buen trato, el respeto y la calidad de vida de sus habitantes de toda la vida?

¿No están delinquiendo los funcionarios de Tránsito y de Espacio Público al escriturar y/o permitir ese uso particular y abusivo, como propiedad privada permanente, de las calles públicas de varios sectores de la ciudad? Por ejemplo, los alrededores de las casa sedes de Segurcol en barrios residenciales (según un POT y unas normas de tránsito que parecen ser normas decorativas o para los de ruana), barrios residenciales destinados a vivienda y no a cuarteles de uniformados armados por negocios de explotadores particulares, y los alrededores de la Plaza de Mercado de La América convertido en terminal y lavadero de buses y de carros, y las calles La Paz, la 33A y tantísimas otras.

¿No están delinquiendo el señor alcalde de Medellín, los señores secretarios de gobierno y de tránsito, los concejales de Medellín y los agentes de control y vigilancia… al permitir que sus subordinados se asocien entre sí y con terceros particulares para delinquir, atropellando las normas… y los derechos de los ciudadanos, torturando por años a los antiguos residentes de Florida Nueva?

¿Cómo se puede llamar Democracia a la tiranía impuesta por esa asociación para delinquir, conformada por los funcionarios y empleados de diversas dependencias oficiales que no solo no cumplen con sus deberes sino que abusan de sus cargos, de su posición dominante y de la invalidez e indefensión de los ciudadanos?

¿No está delinquiendo SEGURCOL al usar abusivamente y con perversa intención de los símbolos patrios para hacerse pasar como AUTORIDAD PÚBLICA? ¿No es SEGURCOL un deplorable y usurpador negocio privado sin asidero constitucional, explotador de las debilidades sociales, para enriquecer a unos avivatos serviles a los que un tirano utilizó como mercenarios para privatizar la Ley, caricaturizándola y poniéndola a su servicio particular por encima de las funciones legales e intereses del Estado?

La Libertad, la Racionalidad y la Razón de Ser de un Estado de Derecho sostienen que cualquier acto que no esté de acuerdo con el Bien Común o que atente contra él, es nulo y no obliga a nadie… por antiético, irracional, injusto, ilegal, anticonstitucional y/o ilegítimo, y debe ser abolido y castigado; y, el daño causado, debe ser reparado, teniendo en cuenta agravantes como abuso de autoridad, extralimitación de funciones, abuso de posición dominante y de la ignorancia y/o debilidad y/o desamparo de las víctimas.

¿No sería bueno investigar si los de SEGURCOL fueron a engañar, chantajear, amenazar, atemorizar o sobornar a uno o a unos funcionarios de Tránsito, Alcaldía, Espacio Público… pues, todos ellos, en 14 años, no han intervenido jamás, incumpliendo con sus funciones, con las normas y con los ciudadanos perjudicados? ¿Por qué, por qué, por qué? 

Inexplicable legalmente esa asociación para delinquir de todos los mencionados arriba y para montársela y dedicársela a unos ciudadanos de bien que habían logrado con mucho esfuerzo una relativa calidad de vida. Eso se llama matoneo cobarde y en gavilla, valiéndose de uniformes espurios y de los símbolos patrios como si ellos, uniformes y símbolos, los cobijaran como autoridades oficiales. No faltaba más. Esperamos respuestas y acciones efectivas y legales.

Con dignidad y arriesgando mi vida que, en un país y un planeta así, 
¡“de todos modos la llevo perdida”!

Por imposición: Esteban Elías Correa Posada, CC8259018, carrera 77 #45-D-4, teléfono 2505351

Por mi Libre decisión: eco katío manguruma nasa

Miren al fondo el “prohibido estacionar”

Observen el aviso al fondo y los símbolos patrios 
que usan las entidades públicas 

Miren el ancho de la calle, con prohibido parquear en los dos costados, los símbolos patrios ondeando… 
para que les escrituren las calles del barrio a los que creen haberse apropiado de la custodia de nuestras vidas, honras y bienes.