domingo, 16 de marzo de 2008

RITA LEVI-MONTALCINI, NEURÓLOGA, PREMIO NOBEL DE MEDICINA

"Soy de familia judía, pero soy laica: abogo por los valores éticos sin esperar recompensas en otra vida".

Rita Levi Montalcini
Premio Nobel de Medicina

22/12/2005

- ¿Cómo celebrará sus 100 años?

- Ah, no sé si viviré, y además no me placen las celebraciones. ¡Lo que me
interesa y me da placer es lo que hago cada día!

- ¿Y qué hace?

- Trabajo para becar a niñas africanas para que estudien y prosperen ellas y sus países. Y sigo investigando, sigo pensando

- No se jubila.

- ¡Jamás! ¡La jubilación está destruyendo cerebros! Mucha gente se jubila, y se abandona, y eso mata su cerebro. Y enferma.


- ¿Y cómo anda su cerebro?

- ¡Igual que a mis 20 años! No noto diferencia en ilusiones ni en capacidad
. Mañana vuelo a un congreso médico.

- Pero algún límite genético habrá.

- No. Mi cerebro pronto tendrá un siglo, pero no conoce la senilidad. El cuerpo se me arruga, es inevitable, ¡pero no el cerebro!

- ¿Cómo lo hace?

- Gozamos de gran plasticidad neuronal: aunque mueran neuronas, las
restantes se reorganizan para mantener las mismas funciones, ¡pero para ello conviene estimularlas!

- Ayúdeme a hacerlo.

- Mantén tu cerebro ilusionado, activo, hazlo funcionar, y nunca se degenerará.
- ¿Y viviré más años?

- Vivirá mejor los años que viva, que eso es lo interesante. La clave es mantener curiosidades, empeños, tener pasiones.

- La suya fue la investigación científica.

- Sí, y sigue siéndolo.

- Descubrió cómo crecen y se renuevan las células del sistema nervioso.

- Sí, en 1942; lo llamé Nerve Growth Factor (NGF = factor de crecimiento
nervioso), y durante casi medio siglo estuvo en entredicho, ¡hasta que se
reconoció su validez y en 1986 me dieron por ello el premio Nóbel!

- ¿Cómo fue que una chica italiana de los años veinte se convirtió en
neurocientífica?

- Desde niña tuve el empeño de estudiar. Mi padre quería casarme bien, que
fuese buena esposa y buena madre. Y yo me negué. Me planté y le confesé
que quería estudiar.

- Qué disgusto para papá, ¿no?

- Sí. Pero es que yo no tenía una infancia feliz: me sentía patito feo, tonta y poca cosa. Mis hermanos mayores eran muy brillantes, y yo me sentía tan inferior...

- Veo que convirtió eso en un estímulo.

- Me estimuló también el ejemplo del médico Albert Schweitzer, que estaba
en África para paliar la lepra. Deseé ayudar a los que sufren, ¡ése era mi
gran sueño!

- Y lo ha hecho..., con su ciencia.

- Y hoy, ayudando a niñas de África para que estudien. Luchemos contra la
enfermedad, sí, ¡pero todo mejorará si acaba la opresión de la mujer en esos países islamistas!

- La religión ¿frena el desarrollo cognitivo?

- Sí, la religión margina a la mujer frente al hombre, la aparta del desarrollo cognitivo.

- ¿Existen diferencias entre el cerebro del hombre y el de la mujer?

- Sólo en las funciones cerebrales relacionadas con las emociones, vinculadas al sistema endocrino. Pero en cuanto a las funciones cognitivas, no hay diferencia alguna.

- ¿Por qué todavía hay pocas científicas?

- ¡No es así! ¡Muchos hallazgos científicos atribuidos a hombres los hicieron en verdad sus hermanas, esposas e hijas!

- ¿De veras?

- No se admitía la inteligencia femenina, y la dejaban en la sombra. Hoy,
felizmente, hay más mujeres que hombres en la investigación científica: ¡las herederas de Hipatia!

- La sabia alejandrina del siglo IV.

- Ya no acabaremos asesinadas en la calle por monjes cristianos misóginos,
como ella. Desde luego, el mundo ha mejorado algo.


- Nadie ha intentado asesinarla a usted.

- Durante el fascismo, Mussolini quiso imitar a Hitler en la persecución de judíos, y tuve que ocultarme por un tiempo. Pero no dejé de investigar: monté mi laboratorio en mi dormitorio, ¡y descubrí la apoptosis, que es la muerte programada de las células!

- ¿Por qué hay tan alto porcentaje de judíos entre científicos e intelectuales?

- La exclusión fomentó entre los judíos los trabajos intelectivos: pueden
prohibírtelo todo, ¡pero no que pienses! Y es cierto que hay muchos judíos
entre los premios Nóbel.


- ¿Cómo se explica usted la locura nazi?

- Hitler y Mussolini supieron hablar a las masas, en las que siempre predomina el cerebro emocional sobre el neocortical, el intelectual. ¡Manejaron emociones, no razones!


- ¿Sucede eso ahora?

- ¿Por qué cree que en muchas escuelas de Estados Unidos se enseña el
creacionismo en vez del evolucionismo? ¿La ideología es emoción, es sinrazón?


- La razón es hija de la imperfección. En los invertebrados todo está
programado: son perfectos. ¡Nosotros no! Y al ser imperfectos, hemos
recurrido a la razón, a los valores éticos: ¡discernir entre bien y mal es
el más alto grado de la evolución darwiniana!

- ¿Nunca se ha casado, no ha tenido hijos?

- No. Entré en la jungla del sistema nervioso, ¡y quedé tan fascinada por
su belleza que decidí dedicarle todo mi tiempo, mi vida!

- ¿Lograremos un día curar el alzheimer, el parkinson, la demencia
senil?

- Curar... Lo que lograremos será frenar, retrasar, minimizar todas esas
enfermedades.

- ¿Cuál es hoy su gran sueño?

- Que un día logremos utilizar al máximo la capacidad cognitiva de nuestros cerebros.
- ¿Cuándo dejó de sentirse patito feo?

- ¡Aún sigo consciente de mis limitaciones!

- ¿Qué ha sido lo mejor de su vida?

- Ayudar a los demás.

- ¿Qué haría hoy si tuviese 20 años?

- ¡Pero si estoy haciéndolo!

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